Hace unos meses que os empecé a escribir la relación de la música con el elemento fuego, el elemento agua y elemento tierra, así que me quedó pendiente el elemento aire.
Todos sabemos que el elemento aire es imprescindible para generar y avivar el fuego. En la naturaleza encontramos el aire tanto en las capas atmosféricas como en el interior de la Tierra formando bolsas de gases. Los vegetales, los animales y el ser humano requieren del oxígeno para nutrirse y realizar la limpieza orgánica.
El aire en el ser humano.
En el ser humano, el aire constituye el mundo mental de la inteligencia.
Las palabras armónicas del elemento aire son: Sabiduría, mente, flexibilidad, universalidad, relaciones humanas, amistad, dualidad, intercambio, movilidad, planificación flexible, lucidez, desapego y búsqueda del equilibrio entre diferentes conceptos, personas o acciones.
Las palabras desarmónicas del elemento aire son: Superficialidad, inconstancia, duda, nerviosismo, agotamiento mental, inseguridad, hiperracionalismo e inestabilidad emocional.
La expresión musical del aire:
En la música de aire, el ritmo suele ser menos marcado, más rápido y “volátil” en comparación con la música de fuego, destacan las melodías alegres, vivas, variables y originales. En ningún caso es música de carácter nostálgico o romántico.
Su consistencia está precisamente en la inconsistencia. Aunque puede transmitir finura, balance y equilibrio, todo ello será en movimiento.
Su velocidad es tan rápida que requiere toda nuestra atención para captar todos los movimientos, lo cual desarrolla nuestra concentración mental. Representa el descubrimiento continuo, así como la sensación de volar o viajar. Un ejemplo claro de música de aire es el Jazz.
La eterna juventud significa ser capaz de liberarse de los viejos y rígidos pensamientos. Esto de ninguna manera significa que tengamos que abandonar nuestros ideales o nuestras metas. Al renovar nuestros pensamientos evitaremos que nuestra mente se sobrecargue o se aburra.
El ser humano al estar expuesto a una gran cantidad de información, posee unos “filtros” que le permiten digerir mentalmente lo útil y desechar lo que ya no le sirve. La apertura mental supone no ser rígido con otros conceptos que pudieran ser interesantes.
El aire sirve como instrumento de interrelación, pues todo lo toca, abarca e interconecta.
El aire transmite el oxígeno generado por la fotosíntesis, es mensajero del polen de las flores y su simple movimiento genera fructificación en unos lugares u otros. Ese intercambio va y viene, abarcando todos los rincones de la naturaleza. La comunicación no sólo es transmitir los propios conceptos sino, además, abarcar las vivencias y las ideas de los demás, estableciendo así una fructífera interrelación.
Cuando estamos relajados y lúcidos, se desarrolla en nosotros una gran capacidad de asimilación. Volvemos a ser como niños… La relajación y la atención mental son la puerta de entrada a tales experiencias.
Elemento aire.
El elemento aire es imprescindible para generar y avivar el fuego. En la naturaleza encontramos el aire tanto en las capas atmosféricas como en el interior de la Tierra formando bolsas de gases. Los vegetales, los animales y el ser humano requieren del oxígeno para nutrirse y realizar la limpieza orgánica.
El aire en el ser humano.
En el ser humano, el aire constituye el mundo mental de la inteligencia.
Palabras armónicas del elemento aire: Sabiduría, mente, flexibilidad, universalidad, relaciones humanas, amistad, dualidad, intercambio, movilidad, planificación flexible, lucidez, desapego y búsqueda del equilibrio entre diferentes conceptos, personas o acciones.
Palabras desarmónicas del elemento aire: Superficialidad, inconstancia, duda, nerviosismo, agotamiento mental, inseguridad, hiperracionalismo e inestabilidad emocional.
La expresión musical del aire:
En la música de aire, el ritmo suele ser menos marcado, más rápido y “volátil” en comparación con la música de fuego, destacan las melodías alegres, vivas, variables y originales. En ningún caso es música de carácter nostálgico o romántico.
Su consistencia está precisamente en la inconsistencia. Aunque puede transmitir finura, balance y equilibrio, todo ello será en movimiento.
Su velocidad es tan rápida que requiere toda nuestra atención para captar todos los movimientos, lo cual desarrolla nuestra concentración mental. Representa el descubrimiento continuo, así como la sensación de volar o viajar. Un ejemplo claro de música de aire es el Jazz.
La eterna juventud significa ser capaz de liberarse de los viejos y rígidos pensamientos. Esto de ninguna manera significa que tengamos que abandonar nuestros ideales o nuestras metas. Al renovar nuestros pensamientos evitaremos que nuestra mente se sobrecargue o se aburra.
El ser humano al estar expuesto a una gran cantidad de información, posee unos “filtros” que le permiten digerir mentalmente lo útil y desechar lo que ya no le sirve. La apertura mental supone no ser rígido con otros conceptos que pudieran ser interesantes.
El aire sirve como instrumento de interrelación, pues todo lo toca, abarca e interconecta.
El aire transmite el oxígeno generado por la fotosíntesis, es mensajero del polen de las flores y su simple movimiento genera fructificación en unos lugares u otros. Ese intercambio va y viene, abarcando todos los rincones de la naturaleza. La comunicación no sólo es transmitir los propios conceptos sino, además, abarcar las vivencias y las ideas de los demás, estableciendo así una fructífera interrelación.
Cuando estamos relajados y lúcidos, se desarrolla en nosotros una gran capacidad de asimilación. Volvemos a ser como niños… La relajación y la atención mental son la puerta de entrada a tales experiencias.
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