El elemento fuego para los antiguos siempre representó un objeto de adoración, que a la vez inspiraba temor y admiración. Por un lado les representaba temor porque el fuego descontrolado podía significar muerte y destrucción, también les inspiraba admiración ya que el fuego les proporcionaba luz y calor y estos son elementos esenciales para la existencia humana. El fuego en la naturaleza está representado tanto por el Sol, cuya energía es necesaria para la vida, como en el centro de la Tierra, en forma de magma volcánico.
El fuego, por tanto, es el elemento que mueve, causa, genera, da inicio, impulsa, emite luz y comienza en el sendero del perfeccionamiento humano.
El elemento fuego en la psique humana expresa la luz interna de la persona, es decir, su conciencia. Desde el punto de vista esotérico–espiritual, la conciencia tiene variados simbolismos en las diferentes culturas espirituales: El Espiritu Santo, es la lengua de fuego para los cristianos, el Kundalini es la serpiente de los Hindús, el T’Chi para los chinos, etc. Desde el punto de vista armónico en el ser humano el fuego genera: vitalidad con equilibrio, iniciativas con intuición, un alto ideal, fuerza espiritual, gran capacidad de acción, realización de ideales, etc.
Desde el punto de vista desarmónico del elemento fuego en el ser humano se manifiesta el descontrol de las fuerzas fogosas como por ejemplo: Iniciativas desbalanceadas que no respetan la individualidad de otro ser humano, agresividad, empuje capaz de arrollar, egocentrismo, orgullo, soberbia, despotismo y ambición de poder.
Con la música de fuego se expresan los conceptos de vitalidad, evolución, espiral, etc. Con ella también captamos contundencia y afán de victoria, con cortes, cambios y finales enérgicos.
El concepto de espiral es de suma importancia porqué está directamente ligado a la espiritualidad. La evolución en el ser humano es espiral desde el punto de vista de la conciencia, desarrollando nuevos ciclos de experiencia que se abren hacia niveles superiores.
Aparentemente la vida humana vista desde fuera es rutinaria en muchos aspectos, como si se estuviera moviendo en círculos cerrados y en experiencias repetitivas. Pero, si la conciencia se está desarrollando a buen ritmo, ello será sólo una falsa imagen, pues cada día se vive un nivel interno de conciencia con una vibración superior. De ahí viene el concepto espiral.
El fuego purifica y transmuta las impurezas, sobreviviendo solamente a la prueba de fuego aquello que es esencial e inmutable.
El saber tomar a tiempo decisiones provoca una superación de viejas estructuras personales o ambientales. El fuego significa poner en movimiento lo que se encontraba pasivo, así como intuir la trayectoria que esa fuerza seguirá en el futuro. La mente puede idear un sinfín de proyectos, pero es el fuego el que da la energía inicial. Será necesario que no nos dejemos arrastrar por los extremos.
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