Edward Bach nació en Monseley, cerca de Birminghan, el día 24 de septiembre de 1886, ya desde niño mostró gran amor por los seres humanos, las plantas y los animales.
Edward Bach inició su carrera de Medicina a los 20 años, en la universidad de Birminghan. En 1912, terminó sus estudios y en 1914 obtuvo un postgrado en salud pública en la universidad de Cambridge. Trabajó como Bacteriólogo asistente en el Hospital-escuela de la Universidad.
Así fué como Edward Bach, encontró la relación directa entre las bacterias intestinales y la enfermedad crónica. Preparó vacunas que mejoraban el estado de salud de sus pacientes, aunque a estos no les gustaba ser inyectados.
En 1914 estalla la 1ª Guerra Mundial, Edward Bach quedó encargado de 400 camas del Hospital Universitario, destinadas a atender a los heridos de Guerra.
En 1920 Edward ingresa como Bacteriólogo en el Hospital Homeopático de Londres, es allí donde queda maravillado al ver como un gran médico compañero suyo, usa los síntomas mentales como guía de aplicación terapéutica. Aquí fue donde Edward Bach empezó a utilizar las diluciones homeopáticas para sus vacunas y poderlas dar oralmente y así evitar los pinchazos a sus pacientes.
Desarrolló así 7 nosodes homeopáticos que aún se utilizan en la práctica médica. Los Nosodes son sustancias medicamentosas que se extraen de microorganismos patógenos o incluso de secreciones y sangre del mismo paciente, que se diluyen para utilizarlas de forma homeopática (en pequeñas dosis).
En septiembre de 1928 Edward Bach, vuelve a su país natal (Gales), con la salud un poco quebrantada y con prisa e impaciencia por encontrar una nueva forma de remedios. Así fue como vuelve a Londres para continuar sus investigaciones en el Laboratorio, pero en 1930 lo deja y vuelve a Gales para buscar más respuestas en la naturaleza.
Tras cantidad de trabajos y observaciones realizadas con plantas y sus flores, Edward se dio cuenta de que las gotas que roció posadas sobre las flores conservaban la vibración de estas. Edward pensó que si el agua era capaz de mantener la vibración, dicha propiedad también se mantendría y causaría efectos al transmitir al paciente la solución floral. Además añadió alcohol con el fin de estabilizar y conservar la solución.
Finalmente elaboró el último remedio, el número 39, mezcla de 5 remedios ya descubiertos, al que llamó Rescue Remedy (Remedio de Rescate).