A menudo las personas se quejan de que con las Flores de Bach se han sentido peor de lo que estaban. Este fenómeno de agravamiento, conocido como respuesta paradojal, surge muy frecuentemente en la terapia floral e indica que se ha dado en el blanco con la interpretación del caso. Por supuesto, no conviene interrumpir el tratamiento y de ninguna manera es motivo para alarmarse. Sucede que la fórmula acertada agitó las fibras emocionales y el cuerpo respondió con renovada energía. Lejos de haberse debilitado el sistema de defensas, ocurrió que se quebraron por fin las resistencias y se revigorizaron aquellas fuerzas que verdaderamente defienden al individuo. Por incómodas, fuertes o desconcertantes, nunca hay que confundir estas respuestas tan vitales del organismo con los llamados “efectos colaterales adversos” o efectos secundarios de algunos medicamentos tradicionales. Las esencias no dañan. Son líquidos energizados carentes de todo producto químico. Con un efecto paradojal, ellas denuncian un daño posible. Nunca un efecto paradojal degenerará en enfermedad y cualquiera sea el síntoma que sobrevenga, todo efecto paradojal debidamente abordado, durará a lo sumo, un par de días. Si bien hay modos de agilizar este proceso, hay que saber que solo expresa la tensión que se inicia en el interior de la persona entre el cambio inaugurado y la rigidez de sus hábitos personales, sus creencias, su actitud general. Con él se observa además, la increíble potencia de la esencia para sacudir de cuajo aquello que está en estado de latencia y que, si no se remueve a tiempo, podría degenerar en males mayores.
Las Flores de Bach proponen un tipo de terapia de la emoción, no en vano se las denomina “remedios para el alma”. Ellas remedian; no anestesian; sanan, no alivian. Se comportan como agentes de un tipo de inteligencia que se recibe por vía de la intuición, mediante flashes de conciencia diurna, en el sueño, o a través de percepciones que devienen certezas sólo propias. Las técnicas para el trabajo floral serio brindan herramientas para explorar la complejidad de ese rico mundo interior a fin de embellecerlo traduciéndose esto en salud y en un estado de alegría y vigor. Son sin lugar a dudas, influencias altamente movilizantes que generan reacciones no solamente emocionales, sino también orgánicas de variada naturaleza e intensidad. Cabe decir entonces que el ingreso de la flor correcta para un individuo dado en un momento dado de su vida nunca ha de ser inocente para él. El tratamiento floral bien entendido compromete seriamente la interioridad de la persona impulsándola desde allí siempre en procura de su beneficio. El efecto paradojal constituye, por lo tanto, una vía más de purificación.
Las Flores de Bach son influencias energéticas que fuerzan, primero que nada, a honrar la vida. Cuando estamos en consonancia con nuestra esencia y con nuestra naturaleza, entonces todo parece estar bien, estamos alegres, armónicos. Ni exaltados ni con picos de histeria: Plenos de fe y vigor. En cambio, cuando nuestros pasos son contrarios a nuestras tendencias y a nuestra naturaleza brota del interior la protesta o la señal de que hay que hacer un cambio. Por lo general, un problema orgánico proviene de un desarreglo psicológico/emocional/afectivo. Si no se arreglan estos problemas desde la raíz, la verdadera curación no se produce. Lejos de conseguirse la erradicación definitiva del problema, éste persistirá, se distorsionará, o volverá cada tanto. Teniendo en cuenta entonces que el remedio floral actúa sobre las emociones mientras que el medicamento tradicional lo hace sobre la química del cuerpo se captará la diferencia oceánica entre estos dos enfoques terapéuticos y el tipo de riesgos que cada uno presupone. Ninguno inhabilita al otro y ninguno es mejor o peor; solo distintas alternativas. Así, uno puede elegir entre convivir con un remedio de por vida para nivelar la presión arterial, o puede optar por energizar su mente con Flores de Bach para descubrir ese elemento de su realidad que lo inestabiliza tanto, o esa solución que desde este estado emocional en que se encuentra no consigue distinguir.
Las esencias no son remedios curativos de un síntoma, sino elementos sanadores del ser. Ellas tocan el alma.
Si sufres de ansiedad, depresión, desanimo, apatía, etc… No convivas con estas energías negativas y ponle remedio con las esencias florales de bach.