En astrología, el término planeta incluye al Sol y la Luna, además de otros planetas conocidos del Sistema Solar. Se dividen en tres grupos: Planetas personales, planetas sociales y planetas espirituales.
En la carta natal podemos observar la situación de los planetas en el momento exacto de nuestro nacimiento. Ellos simbolizan las distintas dimensiones de la naturaleza humana, los arquetipos que se manifiestan de manera particular en cada individuo.
Para la interpretación de la carta astral hay que tener en cuenta, junto al significado de cada planeta, su posición en signos y casas, así como los aspectos que se formen entre los distintos elementos de la carta astral.
Los Planetas personales:
Son los planetas de movimiento más rápido desde una perspectiva terrestre y reflejan, por tanto, los rasgos más característicos de la personalidad, influyendo de forma distinta en cada individuo y mostrando las cualidades que mejor se pueden controlar de forma consciente. Indican necesidades individuales básicas que necesitan ser atendidas, así como el potencial de la persona. (Sol, Mercurio, Luna, Marte y Venus).
Planetas sociales:
Describen el vínculo de la persona con el contexto social y cultural en el que ha nacido. De carácter colectivo-consciente, representan las motivaciones sociales del individuo y su manera de participar en el mundo, reflejando sus aptitudes y actitudes para la integración en la sociedad. (Saturno y Júpiter).
Planetas espirituales:
Son los planetas de movimiento más lento e influyen en generaciones enteras. Simbolizan las energías transformadoras que conducen al cambio y que se manifiestan en forma de inspiración y de intuición. Nos impulsan al perfeccionamiento del inconsciente colectivo más profundo, buscando la evolución de la humanidad como grupo y provocando verdaderas revoluciones a nivel generacional. (Plutón, Urano y Neptuno).